Hemos sido testigos de cómo el bioproceso comenzó hace más de cuatro décadas en base a plantas concebidas a puro acero inoxidable en sus tanques y conexiones reutilizables. Más tarde y a propósito de la presión de la demanda, sobre todo en los bioprocesos que involucraban células eucariotas, la producción biofarmacéutica mudó a formas más flexibles y es así como aparecieron el concepto y los elementos single-use.
Bajo este concepto surgieron diversos productos asociados a esta idea:
- Bolsas de bioproducción
- Tubuladuras
- Filtros in-line
- Conectores
Hoy en día existen diversos caminos, y tenemos unidades productivas basadas exclusivamente en materiales single-use, sobre todo aquellas que involucran bioprocesos de 50 L. a 500 L. y muchas otras operaciones que han adoptado soluciones híbridas. Lo que sí es cierto es que una vez que se cambia a single-use y se desarrolla una estrategia en el proceso en las plantas de bioproducción con este tipo de conectores, ya no se vuelve para atrás.
Conectores Macho y Hembra
Dentro de todo este mundo, en una planta de bioproducción, les cabe a los conectores ser un componente crucial en el planteo single-use, siendo la primera y la última línea de defensa de este concepto por su función crítica uniendo tubuladuras y bolsas. Los conectores rápidos primero y sobre todo los estériles con configuración macho/ hembra, esto es “con género”, han sido un bloque fundamental en la implementación de la tecnología single-use. Aun así, representan de por sí algunos inconvenientes.
- Hacen falta dos piezas diferentes para realizar la conexión y esto requiere más de una vez echar mano a adaptadores para asegurar la conexión e incluso tubuladuras adicionales. O sea, más piezas para fabricar y prever su disponibilidad, eventuales retrasos en su provisión, necesidad de preparar y autoclavar ensambles de tubuladuras y adaptadores para conexiones “puente” adicionales, riesgos de leaks o contaminación en las conexiones adicionales. En cualquier caso, más trabajo y riesgo. Se complica.
Conectores “Genderless”
Entonces, de la mano de CPC y su desarrollo permanente de nuevos diseños, nacen los conectores “sin género”, genderless en inglés.
La diferencia está en que los conectores genderless reducen significativamente la complejidad del sistema en todas sus aplicaciones. Aportan compatibilidad y estandarización en cualquiera de los niveles o etapas de la operación en que se usen sean transferencia sitio a sitio, inoculación de semilla, formulación o llenado final. Al final del día, reducen componentes en el inventario y abonan a una mayor flexibilidad aun, concepto de básico de la tecnología single use.
En conclusión, cualquier planta de bioproducción hoy en día se vería afectada por los beneficios de la implementación de conectores genderless, siendo las plantas que reciben transferencias tecnológicas las que más aprovecharían la flexibilidad y la posibilidad de simplificar su planificación de suply chain con este tipo de tecnologías.
Fuente: Todd Andrews
Global Sales and Business Development Manager, Bioprocessing.
Colder Products Company
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