A veces se considera que los biorreactores son demasiado complejos, demasiado costosos y que requieren demasiado tiempo. Se necesitan argumentos poderosos para convertirlos en la opción "preferida". Si este dilema le es familiar, los puntos tratados en la presente nota podrán ayudarle a presentar su caso.
• La mejora de la mezcla y la aireación posibles en un biorreactor permiten densidades celulares más altas. Esto puede equipararse a resultados más rápidos o más material para un volumen dado de cultivo.
• El grado de medición y control posible siempre será mayor. Los sensores estándar y los equipos periféricos pueden hacer que un biorreactor sea mucho más adaptable a los requisitos del usuario. Esto aumenta la cantidad de datos disponibles para el análisis y la retroalimentación en el desarrollo de procesos.
• El diseño de un biorreactor de tanque agitado significa que a menudo son más compactos que los balancines y agitadores de incubadora de volumen de trabajo equivalente. Como los biorreactores normalmente producen mayores rendimientos, un sistema más pequeño puede ser todo lo que se necesita.
• La gama de estrategias de alimentación automatizada es mayor. Por ejemplo, el uso de bolsas o matraces de agitación para el cultivo continuo es poco frecuente.
Si desea la máxima densidad de cultivo, la mejor información de proceso y el desarrollo de escalado y reducción, entonces un biorreactor a escala de laboratorio será la elección correcta en casi todos los casos.
Autor: Dr Tony Allman, Product Manager Fermentation de Infors.
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Las imágenes son de carácter ilustrativo. Última Actualización: 10/10/2024 1:40
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